El pasado 31 de julio se detectó una tortuga boba (Caretta Caretta) en la playa de Griells de L’Estartit. El ejemplar había puesto, ni más ni menos que 105 huevos.
Una vez alertada la Policía Local por unos bañistas, la actuación fue rápida: Agents Rurals, técnicos del Parc Natural del Montgrí, illes Medes i Baix Ter, el CRAM y el centro tecnológico BETA de la Universitat de Vic y la Universitat de Barcelona intervinieron con el objetivo de garantizar el bienestar de la tortuga y, por supuesto, del nido.
Se realizó un control veterinario completo al animal para ver su estado. Además, se le colocó un microchip para poderla identificar y un dispositivo de seguimiento satelital para localizarla y poder predecir a qué playa podría acercarse para volver a nidificar, dado el caso.
De los 105 huevos, 20 se han trasladado a incubadoras para poder garantizar la viabilidad de una parte de la puesta, y los restantes se han reubicado a unos 50 metros de la zona original, en un espacio más seguro para evitar riesgos de ventadas. La previsión es que los huevos eclosionen a medianos o finales del mes de septiembre.
Es un verano récord en la puesta de tortugas bobas en el litoral catalán, la de l’Estartit es la cuarta de la Costa Brava y la décima de Catalunya.
Y nosotros, ¿qué podemos hacer si detectamos una tortuga boba o su rastro?
- No nos acercaremos, no la tocaremos ni la molestaremos y mantendremos una distancia mínima de 30 metros.
- Avisaremos al 112 o a la Policía Local para que puedan activar el protocolo para la fauna protegida.
- No pisaremos ni borraremos los rastros.
- No haremos fotografías con flash ni iluminaremos la tortuga.
- Guardaremos silencio y esperaremos la llegada de los agentes encargados de la preservación.